8
palabra sana, e irreprensible; que el adversario se avergüence, no teniendo ningún mal que decir de vosotros
9
Exhorta a los siervos a que sean sujetos a sus señores, que agraden en todo, no respondones
10
en nada defraudando, antes mostrando toda buena lealtad, para que adornen en todo la doctrina de nuestro Salvador Dios
11
Porque la gracia de Dios que trae salvación, se manifestó a todos los hombres
12
Enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo templada, justa, y píamente
13
esperando aquella esperanza bienaventurada, y la manifestación gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesús el Cristo
14
Que se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, seguidor de buenas obras
15
Esto habla y exhorta, y reprende con toda autoridad. Nadie te desprecie