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diciendo: Varones, veo que con trabajo y mucho daño, no sólo de la cargazón y de la nave, mas aun de nuestras personas, habrá de ser la navegación.
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Pero el centurión creía más al piloto y al patrón de la nave, que a lo que Pablo decía.
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Y no habiendo puerto cómodo para invernar, muchos acordaron pasar aun de allí, por si pudiesen arribar a Fenice e invernar allí, que es un puerto de Creta, al Africa y al poniente.
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Y soplando el austro, pareciéndoles que ya tenían lo que deseaban, alzando velas , tenían cerca la costa de Creta.
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Pero no mucho después dio en ella un viento repentino, que se llama Euroaquilo.
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Y siendo arrebatada de él la nave, que no podía resistir contra el viento, dejada la nave a los vientos , éramos llevados.
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Y llevados de la corriente hacia una pequeña isla que se llama Clauda, apenas pudimos ganar el esquife;
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el cual tomado, usaban de remedios, ciñendo la nave; y teniendo temor de que diesen en la Sirte, abajadas las velas, eran así llevados.
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Mas siendo atormentados de una vehemente tempestad, al siguiente día alijaron;
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y al tercer día nosotros, con nuestras manos, arrojamos las obras muertas de la nave.
20
Y no apareciendo sol ni estrellas por muchos días, y viniendo una tempestad no pequeña, ya era perdida toda la esperanza de nuestra salud.