La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Lamentaciones 1:9 Sus inmundicias en sus faldas; no se acordó de su postrimería: Por tanto ella ha descendido maravillosamente, no tiene consolador. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

Lamentaciones 1:9 Su inmundicia está en sus faldas; no consideró su futuro, y ha caído de manera sorprendente; no hay quien la consuele. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque se ha engrandecido el enemigo.

English Standard Version ESV

Lamentations 1:9 Her uncleanness was in her skirts; she took no thought of her future; therefore her fall is terrible; she has no comforter. "O LORD, behold my affliction, for the enemy has triumphed!"

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Lamentaciones 1:9 Tet: Sus inmundicias están en sus faldas; no se acordó de su postrimería; por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, no tiene consolador. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido

King James Version KJV

Lamentations 1:9 Her filthiness is in her skirts; she remembereth not her last end; therefore she came down wonderfully: she had no comforter. O LORD, behold my affliction: for the enemy hath magnified himself.

New King James Version NKJV

Lamentations 1:9 Her uncleanness is in her skirts; She did not consider her destiny; Therefore her collapse was awesome; She had no comforter. "O Lord, behold my affliction, For the enemy is exalted!"

Nueva Traducción Viviente NTV

Lamentaciones 1:9 Se deshonró a sí misma con inmoralidad
y no pensó en su futuro.
Ahora yace en una zanja
y no hay nadie que la saque.
«S
, mira mi sufrimiento —gime—,
el enemigo ha triunfado».

Nueva Versión Internacional NVI

Lamentaciones 1:9 Sus vestidos están llenos de inmundicia;no tomó en cuenta lo que le esperaba.Su caída fue sorprendente;no hubo nadie que la consolara.«¡Mira, SEÑOR, mi aflicción!¡El enemigo ha triunfado!»

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Lamentaciones 1:9 Tet : Sus inmundicias están en sus faldas; no se acordó de su postrimería; por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, no tiene consolador. Mira, oh SEÑOR, mi aflicción, porque el enemigo se ha engrandecido.

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