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De manera similar, enseña a las mujeres mayores a vivir de una manera que honre a Dios. No deben calumniar a nadie ni emborracharse.
En cambio, deberían enseñarles a otros lo que es bueno.
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Esas mujeres mayores tienen que instruir a las más jóvenes a amar a sus esposos y a sus hijos,
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a vivir sabiamente y a ser puras, a trabajar en su hogar,
a hacer el bien y a someterse a sus esposos. Entonces no deshonrarán la palabra de Dios.
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Del mismo modo, anima a los hombres jóvenes a vivir sabiamente.
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Y sé tú mismo un ejemplo para ellos al hacer todo tipo de buenas acciones. Que todo lo que hagas refleje la integridad y la seriedad de tu enseñanza.
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Enseña la verdad, para que no puedan criticar tu enseñanza. Entonces los que se nos oponen quedarán avergonzados y no tendrán nada malo que decir de nosotros.
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Los esclavos siempre deben obedecer a sus amos y hacer todo lo posible por agradarlos. No deben ser respondones
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ni robar, sino demostrar que son buenos y absolutamente dignos de confianza. Entonces harán que la enseñanza acerca de Dios nuestro Salvador sea atractiva en todos los sentidos.
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Pues la gracia de Dios ya ha sido revelada, la cual trae salvación a todas las personas.
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Y se nos instruye a que nos apartemos de la vida mundana y de los placeres pecaminosos. En este mundo maligno, debemos vivir con sabiduría, justicia y devoción a Dios,
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mientras anhelamos con esperanza ese día maravilloso en que se revele la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.