8
Como dicen las Escrituras:
«Dios los hizo caer en un sueño profundo.
Hasta el día de hoy, les ha cerrado los ojos para que no vean
y les ha tapado los oídos para que no oigan»
.
9
También David dijo:
«Que su mesa de abundancia se convierta en una red,
en una trampa que los lleve a pensar que todo está bien.
Que sus bendiciones los hagan tropezar
y que reciban su merecido.
10
Que sus ojos queden ciegos para que no puedan ver,
y la espalda se les encorve para siempre»
.
11
¿Acaso el pueblo de Dios tropezó y cayó sin posibilidad de recuperarse? ¡De ninguna manera! El pueblo fue desobediente, por eso Dios puso la salvación al alcance de los gentiles.
Sin embargo, él quería que su propio pueblo sintiera celos y la reclamara para sí.
12
Ahora bien, si los gentiles fueron enriquecidos porque los israelitas rechazaron la oferta de salvación de Dios, imagínense cuánto más grande será la bendición para el mundo cuando ellos por fin la acepten.
13
Menciono todo lo anterior especialmente para ustedes, los gentiles. Dios me designó apóstol a los gentiles. Pongo énfasis en esto
14
porque, de alguna manera, quiero hacer que los hijos de Israel sientan celos de lo que tienen ustedes, los gentiles, y entonces yo pueda salvar a algunos de ellos.
15
Pues, si el rechazo de ellos hizo que Dios ofreciera la salvación al resto del mundo, la aceptación de ellos será algo aún más maravilloso. ¡Será vida para los que estaban muertos!
16
Y dado que Abraham y los otros patriarcas fueron santos, sus descendientes también serán santos, del mismo modo que toda la masa de pan es santa porque la porción que se da como ofrenda es santa. Pues, si las raíces del árbol son santas, las ramas también lo serán.
17
Algunas ramas del árbol de Abraham —algunos del pueblo de Israel— han sido arrancadas; y ustedes, los gentiles, que eran ramas de un olivo silvestre, fueron injertados. Así que ahora ustedes también reciben la bendición que Dios prometió a Abraham y a sus hijos, con lo cual comparten con ellos el alimento nutritivo que proviene de la raíz del olivo especial de Dios.
18
Así que no se jacten de haber sido injertados para reemplazar a las ramas que fueron arrancadas. Ustedes son solo una rama, no son la raíz.