3
Entonces algunos de los maestros de la ley religiosa decían en su interior: «¡Es una blasfemia! ¿Acaso se cree que es Dios?».
4
Jesús sabía
lo que ellos estaban pensando, así que les preguntó:
5
¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados son perdonados” o “Ponte de pie y camina”?
6
Entonces Jesús miró al paralítico y dijo:
7
¡El hombre se levantó de un salto y se fue a su casa!
8
Al ver esto, el temor se apoderó de la multitud; y alababan a Dios por enviar a un hombre con tanta autoridad.
9
Jesús llama a Mateo
Mientras caminaba, Jesús vio a un hombre llamado Mateo sentado en su cabina de cobrador de impuestos.
le dijo Jesús. Entonces Mateo se levantó y lo siguió.
10
Más tarde, Mateo invitó a Jesús y a sus discípulos a una cena en su casa, junto con muchos cobradores de impuestos y otros pecadores de mala fama.
11
Cuando los fariseos vieron esto, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué su maestro come con semejante escoria?
».
12
Cuando Jesús los oyó, les dijo:
13
Luego añadió: