48
Cuando la red se llenó, los pescadores la arrastraron a la orilla, se sentaron y agruparon los peces buenos en cajas, pero desecharon los que no servían.
49
Así será en el fin del mundo. Los ángeles vendrán y separarán a los perversos de los justos,
50
y arrojarán a los malos en el horno ardiente, donde habrá llanto y rechinar de dientes.
51
—Sí —le dijeron—, las entendemos.
52
Entonces añadió:
53
Jesús es rechazado en Nazaret
Cuando Jesús terminó de contar esas historias e ilustraciones, salió de esa región.
54
Regresó a Nazaret, su pueblo. Cuando enseñó allí en la sinagoga, todos quedaron asombrados, y decían: «¿De dónde saca esa sabiduría y el poder para hacer milagros?».
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Y se burlaban: «No es más que el hijo del carpintero, y conocemos a María, su madre, y a sus hermanos: Santiago, José,
Simón y Judas.
56
Todas sus hermanas viven aquí mismo entre nosotros. ¿Dónde aprendió todas esas cosas?».
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Se sentían profundamente ofendidos y se negaron a creer en él.
Entonces Jesús les dijo:
58
Por lo tanto, hizo sólo unos pocos milagros allí debido a la incredulidad de ellos.