15
Lo que entra en el cuerpo no es lo que los contamina; ustedes se contaminan por lo que sale de su corazón»
.
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Luego Jesús entró en una casa para alejarse de la multitud, y sus discípulos le preguntaron qué quiso decir con la parábola que acababa de emplear.
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—preguntó—.
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(Al decir eso, declaró que toda clase de comida es aceptable a los ojos de Dios).
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Y entonces agregó:
21
Pues de adentro, del corazón de la persona, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, el robo, el asesinato,
22
el adulterio, la avaricia, la perversidad, el engaño, los deseos sensuales, la envidia, la calumnia, el orgullo y la necedad.
23
Todas esas vilezas provienen de adentro; esas son las que los contaminan».
24
La fe de una mujer gentil
Luego Jesús salió de Galilea y se dirigió al norte, a la región de Tiro.
No quería que nadie supiera en qué casa se hospedaba, pero no pudo ocultarlo.
25
Enseguida una mujer que había oído de él se acercó y cayó a sus pies. Su hijita estaba poseída por un espíritu maligno,