9
El Señor
de los Ejércitos Celestiales dice:
«Aun los pocos que permanezcan en Israel
serán nuevamente recogidos,
como cuando el que cosecha revisa cada vid por segunda vez
para recoger las uvas que no se cortaron».
10
La rebelión constante de Judá
¿A quién puedo advertir?
¿Quién escuchará cuando yo hable?
Tienen sordos los oídos
y no pueden oír.
Ellos desprecian la palabra del Señor
.
No quieren escuchar para nada.
11
Por eso ahora estoy lleno de la furia del Señor
.
¡Sí, estoy cansado de contenerla!
«Derramaré mi furia sobre los niños que juegan en las calles
y sobre las reuniones de jóvenes,
sobre esposos y esposas
y sobre los que son viejos y canosos.
12
Sus casas serán dadas a los enemigos,
al igual que sus campos y sus esposas
porque levantaré mi puño poderoso
contra la gente de esta tierra
—dice el Señor
—.
13
Desde el menos importante hasta el más importante,
sus vidas están dominadas por la avaricia.
Desde los profetas hasta los sacerdotes,
todos son unos farsantes.
14
Ofrecen curas superficiales
para la herida mortal de mi pueblo.
Dan garantías de paz
cuando no hay paz.
15
¿Se avergüenzan de sus actos repugnantes?
De ninguna manera, ¡ni siquiera saben lo que es sonrojarse!
Por lo tanto, estarán entre los caídos en la matanza;
serán derribados cuando los castigue»,
dice el Señor
.
16
Judá rechaza el camino del Señor
Esto dice el Señor
:
«Deténganse en el cruce y miren a su alrededor;
pregunten por el camino antiguo, el camino justo, y anden en él.
Vayan por esa senda y encontrarán descanso para el alma.
Pero ustedes responden: “¡No, ese no es el camino que queremos!”.
17
Puse centinelas sobre ustedes, que dijeron:
“Estén atentos al sonido de alarma”.
Pero ustedes respondieron:
“¡No! ¡No prestaremos atención!”.
18
»Por lo tanto, naciones, escuchen esto;
tomen nota de la situación de mi pueblo.
19
¡Escucha, toda la tierra!
Traeré desastre sobre mi pueblo.
Es el fruto de sus propias intrigas,
porque se niegan a escucharme;
han rechazado mi palabra.