12
Por lo tanto, ve y dale este mensaje a Israel.
Esto dice el Señor
:
»“Oh Israel, mi pueblo infiel,
regresa otra vez a mí,
porque yo soy misericordioso.
No estaré enojado contigo para siempre.
13
Solo reconoce tu culpa;
admite que te has rebelado contra el Señor
tu Dios
y que cometiste adulterio contra él
al rendir culto a ídolos debajo de todo árbol frondoso.
Confiesa que rehusaste oír mi voz.
¡Yo, el Señor
, he hablado!
14
»”Regresen a casa, ustedes, hijos descarriados
—dice el Señor
—,
porque yo soy su amo.
Los traeré de regreso a la tierra de Israel,
uno de esta ciudad y dos de aquella familia,
de todo lugar donde estén esparcidos.
15
Y les daré pastores conforme a mi propio corazón,
que los guiarán con conocimiento y entendimiento.
16
»”Cuando una vez más la tierra se llene de gente —dice el Señor
—, ya no desearán más ‘los viejos tiempos’ cuando poseían el arca del pacto del Señor
. No extrañarán aquellos días, ni siquiera los recordarán y no habrá necesidad de reconstruir el arca.
17
En aquel día, Jerusalén será conocida como ‘el Trono del Señor
’. Todas las naciones acudirán a Jerusalén para honrar al Señor
. Ya no seguirán tercamente sus propios malos deseos.
18
En aquellos días la gente de Judá y la gente de Israel volverán juntas del destierro del norte. Regresarán a la tierra que les di a sus antepasados como herencia perpetua.
19
»”Me dije a mí mismo:
‘¡Cómo quisiera tratarlos como a mis propios hijos!’.
Solo quería darles esta hermosa tierra,
la posesión más maravillosa del mundo.
Esperaba con anhelo que me llamaran ‘Padre’,
y quise que nunca se alejaran de mí.
20
Sin embargo, me fuiste infiel, ¡pueblo de Israel!
Has sido como una esposa infiel que deja a su marido.
Yo, el Señor
, he hablado”».
21
Se escuchan voces en las alturas de las montañas desoladas,
el llanto y las súplicas del pueblo de Israel.
Pues han escogido caminos torcidos
y se han olvidado del Señor
su Dios.
22
«Vuelvan a mí, hijos descarriados —dice el Señor
—,
y les sanaré el corazón extraviado».
«Sí, ya vamos —responde el pueblo—,
porque tú eres el Señor
nuestro Dios.