1
Isaías ora por Jerusalén
Debido a que amo a Sión,
no me quedaré quieto.
Debido a que mi corazón suspira por Jerusalén,
no puedo quedarme callado.
No dejaré de orar por ella
hasta que su justicia resplandezca como el amanecer
y su salvación arda como una antorcha encendida.
2
Las naciones verán tu justicia
y los líderes del mundo quedarán cegados por tu gloria.
Tú recibirás un nombre nuevo
de la boca del Señor
mismo.
3
El Señor
te sostendrá en su mano para que todos te vean,
como una corona espléndida en la mano de Dios.
4
Nunca más te llamarán «La ciudad abandonada»
ni «La tierra desolada»
.
Tu nuevo nombre será «La ciudad del deleite de Dios»
y «La esposa de Dios»
,
porque el Señor
se deleita en ti
y te reclamará como su esposa.
5
Tus hijos se dedicarán a ti, oh Jerusalén,
como un joven se dedica a su esposa.
Entonces Dios se regocijará por ti
como el esposo se regocija por su esposa.
6
Oh Jerusalén, yo he puesto centinelas en tus murallas;
ellos orarán continuamente, de día y de noche.
No descansen, ustedes que dirigen sus oraciones al Señor
.
7
No le den descanso al Señor
hasta que termine su obra,
hasta que haga de Jerusalén el orgullo de toda la tierra.
8
El Señor
le ha jurado a Jerusalén por su propia fuerza:
«Nunca más te entregaré a tus enemigos;
nunca más vendrán guerreros extranjeros
para llevarse tu grano y tu vino nuevo.