21
Entonces te preguntarás:
“¿Quién me ha dado todos estos descendientes?
Pues la mayoría de mis hijos fueron muertos,
y los demás, llevados al destierro.
Aquí me quedé solo.
¿De dónde viene toda esta gente?
¿Quién dio a luz a estos niños?
¿Quién los crió por mí?”».
22
Esto dice el Señor
Soberano:
«Mira, les daré una señal a las naciones que no temen a Dios.
Te traerán a tus hijos pequeños en sus brazos;
traerán a tus hijas sobre los hombros.
23
Reyes y reinas te servirán
y atenderán a todas tus necesidades.
Se inclinarán hasta el suelo ante ti
y lamerán el polvo de tus pies.
Entonces sabrás que yo soy el Señor
.
Los que confían en mí nunca serán avergonzados».
24
¿Quién puede arrebatar el botín de las manos de un guerrero?
¿Quién puede exigirle a un tirano
que deje en libertad a sus cautivos?
25
Pero el Señor
dice:
«Los cautivos de los guerreros serán puestos en libertad,
y se recuperará el botín de los tiranos.
Pues yo pelearé contra quienes peleen contigo,
y salvaré a tus hijos.
26
Alimentaré a tus enemigos con su propia carne
y se embriagarán con ríos de su propia sangre.
Todo el mundo sabrá que yo, el Señor
,
soy tu Salvador y tu Redentor;
el Poderoso de Israel».