15
para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta.
16
Aférrense a la palabra de vida; entonces, el día que Cristo vuelva, me sentiré orgulloso de no haber corrido la carrera en vano y de que mi trabajo no fue inútil.
17
Sin embargo, me alegraré aun si tengo que perder la vida derramándola como ofrenda líquida a Dios,
así como el fiel servicio de ustedes también es una ofrenda a Dios. Y quiero que todos ustedes participen de esta alegría.
18
Claro que sí, deberían alegrarse, y yo me gozaré con ustedes.
19
Pablo encomienda a Timoteo
Si el Señor Jesús quiere, espero enviarles pronto a Timoteo para que los visite. Así él puede animarme al traerme noticias de cómo están.
20
No cuento con nadie como Timoteo, quien se preocupa genuinamente por el bienestar de ustedes.
21
Todos los demás solo se ocupan de sí mismos y no de lo que es importante para Jesucristo,
22
pero ustedes saben cómo Timoteo ha dado muestras de lo que es. Como un hijo con su padre, él ha servido a mi lado en la predicación de la Buena Noticia.
23
Espero enviarlo a ustedes en cuanto sepa lo que me sucederá aquí,
24
y el Señor me ha dado la confianza que yo mismo iré pronto a verlos.
25
Pablo encomienda a Epafrodito
Mientras tanto, pensé que debería enviarles de vuelta a Epafrodito. Él es un verdadero hermano, colaborador y compañero de lucha. Además, fue el mensajero de ustedes para ayudarme en mi necesidad.
26
Lo envío porque, desde hace tiempo, tiene deseos de verlos y se afligió mucho cuando ustedes se enteraron de que estaba enfermo.
27
Es cierto que estuvo enfermo e incluso a punto de morir; pero Dios tuvo misericordia de él, como también la tuvo de mí, para que yo no tuviera una tristeza tras otra.
28
Así que estoy aún más ansioso por enviarlo de regreso a ustedes, porque sé que se pondrán contentos al verlo, y entonces ya no estaré tan preocupado por ustedes.
29
Recíbanlo con amor cristiano
y mucha alegría, y denle el honor que una persona como él merece.
30
Pues arriesgó su vida por la obra de Cristo y estuvo al borde de la muerte mientras hacía por mí lo que ustedes no podían desde tan lejos.