8
Entonces los ancianos de la ciudad lo llamarán y hablarán con él. Si aun así se niega y dice: “No quiero casarme con ella”,
9
la viuda se acercará a él en presencia de los ancianos, le quitará la sandalia del pie y le escupirá la cara. Luego declarará: “Esto es lo que le pasa a un hombre que se niega a darle hijos a su hermano”.
10
A partir de entonces, todo Israel se referirá a su familia como “¡la familia del hombre al que le quitaron la sandalia!”.
11
»Si dos israelitas se enredan en una pelea, y la mujer de uno de ellos trata de rescatar a su marido agarrando al otro hombre de los testículos,
12
tendrás que cortarle la mano. No le muestres compasión.
13
»Usa balanzas exactas cuando tengas que pesar mercadería,
14
y que tus medidas sean completas y legítimas.
15
Así es, usa siempre pesas y medidas legítimas para que disfrutes de una larga vida en la tierra que el Señor
tu Dios te da.
16
Todo el que engaña con pesas y medidas falsas es detestable a los ojos del Señor
tu Dios.
17
»Nunca te olvides de lo que los amalecitas te hicieron cuando salías de Egipto.
18
Te atacaron cuando estabas cansado y agotado, e hirieron de muerte a los más débiles que se habían quedado atrás. No tuvieron temor de Dios.
19
Por lo tanto, cuando el Señor
tu Dios te haya dado descanso de todos tus enemigos en la tierra que te da como preciada posesión, destruirás a los amalecitas y borrarás su memoria de la faz de la tierra. ¡No lo olvides nunca!