9
Un llamado a una vida santa
»Cuando entres en la tierra que el Señor
tu Dios te da, ten mucho cuidado de no imitar las costumbres detestables de las naciones que viven allí.
10
Por ejemplo, jamás sacrifiques a tu hijo o a tu hija como una ofrenda quemada.
Tampoco permitas que el pueblo practique la adivinación, ni la hechicería, ni que haga interpretación de agüeros, ni se mezcle en brujerías,
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ni haga conjuros; tampoco permitas que alguien se preste a actuar como médium o vidente, ni que invoque el espíritu de los muertos.
12
Cualquiera que practique esas cosas es detestable a los ojos del Señor
. Precisamente porque las otras naciones hicieron esas cosas detestables, el Señor
tu Dios las expulsará de tu paso.
13
Sin embargo, tú debes ser intachable delante del Señor
tu Dios.
14
Las naciones que estás por desplazar consultan a los adivinos y a los hechiceros, pero el Señor
tu Dios te prohíbe hacer esas cosas».
15
Profetas verdaderos y profetas falsos
Moisés siguió diciendo: «El Señor
su Dios les levantará un profeta como yo de entre sus hermanos israelitas. A él tendrán que escucharlo,
16
pues eso fue lo que ustedes le pidieron al Señor
su Dios cuando estaban reunidos al pie del monte Sinaí.
Dijeron: “No queremos oír nunca más la voz del Señor
nuestro Dios ni ver este fuego ardiente, porque moriremos”.
17
»Entonces el Señor
me dijo: “Lo que el pueblo dice es cierto.
18
Levantaré un profeta como tú de entre sus hermanos israelitas. Pondré mis palabras en su boca, y él dirá al pueblo todo lo que yo le ordene.
19
Yo mismo trataré con cualquiera que no preste atención a los mensajes que el profeta proclame en mi nombre.