11
En esta vida nueva no importa si uno es judío o gentil,
si está o no circuncidado, si es inculto, incivilizado,
esclavo o libre. Cristo es lo único que importa, y él vive en todos nosotros.
12
Dado que Dios los eligió para que sean su pueblo santo y amado por él, ustedes tienen que vestirse de tierna compasión, bondad, humildad, gentileza y paciencia.
13
Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros.
14
Sobre todo, vístanse de amor, lo cual nos une a todos en perfecta armonía.
15
Y que la paz que viene de Cristo gobierne en sus corazones. Pues, como miembros de un mismo cuerpo, ustedes son llamados a vivir en paz. Y sean siempre agradecidos.
16
Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido.
17
Y todo lo que hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre por medio de él.
18
Instrucciones para las familias cristianas
Esposas, sujétese cada una a su esposo como corresponde a quienes pertenecen al Señor.
19
Maridos, ame cada uno a su esposa y nunca la trate con aspereza.
20
Hijos, obedezcan siempre a sus padres, porque eso agrada al Señor.
21
Padres,
no exasperen a sus hijos, para que no se desanimen.
22
Esclavos, obedezcan en todo a sus amos terrenales. Traten de agradarlos todo el tiempo, no solo cuando ellos los observan. Sírvanlos con sinceridad debido al temor reverente que ustedes tienen al Señor.
23
Trabajen de buena gana en todo lo que hagan, como si fuera para el Señor y no para la gente.
24
Recuerden que el Señor los recompensará con una herencia y que el Amo a quien sirven es Cristo;
25
pero si hacen lo que está mal, recibirán el pago por el mal que hayan hecho, porque Dios no tiene favoritos.