11
Elegí a algunos de sus hijos para ser profetas
y a otros para ser nazareos.
¿Acaso puedes negar esto, Israel, pueblo mío?
—pregunta el Señor
—.
12
Pero ustedes hicieron que los nazareos pecaran, forzándolos a beber vino,
y les ordenaron a los profetas: “¡Cállense!”
13
»Por lo tanto, haré que giman
como una carreta cargada con gavillas de grano.
14
Sus corredores más veloces no podrán escapar.
El más fuerte entre ustedes se volverá débil.
Ni siquiera los guerreros más poderosos serán capaces de salvarse.
15
Los arqueros no podrán mantenerse firmes.
Los más veloces no serán lo suficientemente rápidos para escapar.
Ni siquiera los que montan a caballo podrán salvarse.
16
En aquel día, los hombres de guerra más valientes
dejarán caer sus armas y correrán por sus vidas»,
dice el Señor
.