17
Y cuando los soldados enemigos salieron de la ciudad para pelear, Urías el hitita murió junto con varios soldados israelitas.
18
Luego Joab envió a David un informe de la batalla.
19
Le dijo a su mensajero: «Informa al rey todas las novedades de la batalla.
20
Pero tal vez se enoje y pregunte: “¿Por qué las tropas se acercaron tanto a la ciudad? ¿Acaso no sabían que dispararían desde la muralla?
21
¿No fue Abimelec, hijo de Gedeón,
muerto en Tebes por una mujer que le tiró una piedra de molino desde la muralla? ¿Por qué se acercaron tanto a la muralla?”. Entonces dile: “Murió también Urías el hitita”».
22
Por lo tanto, el mensajero fue a Jerusalén y le dio un informe completo a David.
23
—El enemigo salió contra nosotros a campo abierto —le dijo—, y cuando los perseguíamos hasta las puertas de la ciudad,
24
los arqueros que estaban en la muralla nos dispararon flechas. Mataron a algunos hombres del rey, entre ellos a Urías el hitita.
25
—Bien, dile a Joab que no se desanime —dijo David—. ¡La espada devora a éste hoy y a aquél mañana! La próxima vez esfuércense más, ¡y conquistarán la ciudad!
26
Cuando la esposa de Urías se enteró de que su marido había muerto, hizo duelo por él.
27
Una vez cumplido el período de luto, David mandó que la trajeran al palacio, y pasó a ser una de sus esposas. Luego ella dio a luz un hijo. Pero el Señor
estaba disgustado con lo que David había hecho.