16
Luego Eliseo le dijo:
—Pon tu mano sobre el arco.
Eliseo puso sus dos manos sobre las manos del rey.
17
Luego le ordenó:
—Abre la ventana que da al oriente.
Él la abrió, y Eliseo le dijo:
—¡Dispara!
Así que el rey disparó una flecha y Eliseo proclamó:
—Esta es la flecha del Señor
, una flecha de victoria sobre Aram, porque tú conquistarás por completo a los arameos en Afec.
18
Luego Eliseo dijo:
—Ahora levanta las demás flechas y golpéalas contra el piso.
Entonces el rey las tomó y golpeó el piso tres veces;
19
pero el hombre de Dios se enojó con él y exclamó:
—¡Tendrías que haber golpeado el piso cinco o seis veces! Así habrías vencido a Aram hasta destruirlo por completo. Ahora saldrás vencedor solamente tres veces.
20
Después Eliseo murió y fue enterrado.
Unos grupos de saqueadores moabitas solían invadir el país cada primavera.
21
Cierta vez, mientras unos israelitas enterraban a un hombre, divisaron a una banda de esos saqueadores. Entonces en el apuro arrojaron el cuerpo en la tumba de Eliseo y huyeron; pero en cuanto el cuerpo tocó los huesos de Eliseo, ¡el muerto resucitó y de un salto se puso de pie!
22
El rey Hazael de Aram había oprimido a Israel durante todo el reinado de Joacaz,
23
pero el Señor
tuvo bondad y misericordia de los israelitas y no los destruyó por completo. Tuvo compasión de ellos por el pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob; y hasta el día de hoy no los ha destruido por completo ni los ha expulsado de su presencia.
24
El rey Hazael de Aram murió y su hijo Ben-adad lo sucedió en el trono.
25
Entonces Yoás, hijo de Joacaz, recuperó de manos de Ben-adad, hijo de Hazael, las ciudades que le habían quitado a Joacaz, su padre. Yoás venció a Ben-adad en tres oportunidades y así recuperó las ciudades israelitas.