21
porque al comer, cada uno toma primero su propia cena; y uno pasa hambre y otro se embriaga.
22
¿Qué? ¿No tenéis casas para comer y beber? ¿O menospreciáis la iglesia de Dios y avergonzáis a los que nada tienen? ¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabaré.
23
Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan,
24
y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí.
25
De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí.
26
Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que El venga.
27
De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente, será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.
28
Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y entonces coma del pan y beba de la copa.
29
Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí.
30
Por esta razón hay muchos débiles y enfermos entre vosotros, y muchos duermen .
31
Pero si nos juzgáramos a nosotros mismos, no seríamos juzgados.