1
Salmo 39
Para Jedutún, director del coro: salmo de David.
Me dije: «Tendré cuidado con lo que hago
y no pecaré en lo que digo.
Refrenaré la lengua
cuando los que viven sin Dios anden cerca».
2
Pero mientras estaba allí en silencio
—sin siquiera hablar de cosas buenas—,
el torbellino en mi interior se hizo cada vez peor.
3
Cuanto más pensaba,
más me enardecía,
hasta que disparé un fuego de palabras:
4
«S
, recuérdame lo breve que será mi tiempo sobre la tierra.
Recuérdame que mis días están contados,
¡y cuán fugaz es mi vida!
5
La vida que me has dado no es más larga que el ancho de mi mano.
Toda mi vida es apenas un instante para ti;
cuando mucho, cada uno de nosotros es apenas un suspiro».
Interludio
6
Somos tan solo sombras que se mueven
y todo nuestro ajetreo diario termina en la nada.
Amontonamos riquezas
sin saber quién las gastará.
7
Entonces, Señor, ¿dónde pongo mi esperanza?
Mi única esperanza está en ti.
8
Rescátame de mis rebeliones.
No permitas que los necios se burlen de mí.
9
En silencio estoy delante de ti; no diré ni una palabra,
porque mi castigo proviene de ti.
10
¡Pero por favor, deja de castigarme!
Estoy agotado por los golpes de tu mano.