12
Pero aunque es cierto que yo soy uno de los redentores de tu familia, hay un pariente más cercano que yo.
13
Quédate aquí esta noche, y por la mañana hablaré con él. Si está dispuesto a redimirte, muy bien; que se case contigo. Pero si no está dispuesto a hacerlo, entonces, ¡tan cierto como que el Señor
vive, yo mismo te redimiré! Ahora acuéstate aquí hasta la mañana.
14
Entonces Rut se acostó a los pies de Booz hasta la mañana, pero ella se levantó muy temprano, antes de que hubiera suficiente luz para que una persona pudiera reconocer a otra; pues Booz había dicho:
—Nadie debe saber que estuvo una mujer aquí en el campo de trillar.
15
Luego Booz le dijo:
—Trae tu manto y extiéndelo.
Entonces él midió seis medidas
de cebada sobre el manto y lo colocó sobre las espaldas de ella. Después él
regresó al pueblo.
16
Cuando Rut volvió a donde estaba su suegra, Noemí le preguntó:
—¿Qué sucedió, hija mía?
Rut le contó a Noemí todo lo que Booz había hecho por ella
17
y agregó:
—Me dio estas seis medidas de cebada y dijo: “No vuelvas a tu suegra con las manos vacías”.
18
Entonces Noemí le dijo:
—Ten paciencia, hija mía, hasta que sepamos lo que pasa. El hombre no descansará hasta dejar resuelto el asunto hoy mismo.