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Cuando los fariseos vieron esto, preguntaron a los discípulos: «¿Por qué su maestro come con semejante escoria?
».
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Cuando Jesús los oyó, les dijo:
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Luego añadió:
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Discusión acerca del ayuno
Un día los discípulos de Juan el Bautista se acercaron a Jesús y le preguntaron:
—¿Por qué tus discípulos no ayunan,
como lo hacemos nosotros y los fariseos?
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Jesús respondió:
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»Además, ¿a quién se le ocurriría remendar una prenda vieja con tela nueva? Pues el remiendo nuevo encogería y se desprendería de la tela vieja, lo cual dejaría una rotura aún mayor que la anterior.
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»Y nadie pone vino nuevo en cueros viejos. Pues los cueros viejos se reventarían por la presión y el vino se derramaría, y los cueros quedarían arruinados. El vino nuevo se guarda en cueros nuevos para preservar a ambos.
18
Jesús sana en respuesta a la fe
Mientras Jesús decía esas cosas, el líder de una sinagoga se le acercó y se arrodilló delante de él. «Mi hija acaba de morir —le dijo—, pero tú puedes traerla nuevamente a la vida solo con venir y poner tu mano sobre ella».
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Entonces Jesús y sus discípulos se levantaron y fueron con él.
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Justo en ese momento, una mujer quien hacía doce años que sufría de una hemorragia continua se le acercó por detrás. Tocó el fleco de la túnica de Jesús
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porque pensó: «Si tan solo toco su túnica, quedaré sana».
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Jesús se dio vuelta, y cuando la vio le dijo:
Y la mujer quedó sana en ese instante.
23
Cuando Jesús llegó a la casa del oficial, vio a una ruidosa multitud y escuchó la música del funeral.
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—les dijo—.
pero la gente se rió de él.
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Sin embargo, una vez que hicieron salir a todos, Jesús entró y tomó la mano de la niña, ¡y ella se puso de pie!
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La noticia de este milagro corrió por toda la región.
27
Jesús sana a unos ciegos
Cuando Jesús salió de la casa de la niña, lo siguieron dos hombres ciegos, quienes gritaban: «¡Hijo de David, ten compasión de nosotros!».
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Entraron directamente a la casa donde Jesús se hospedaba, y él les preguntó:
—Sí, Señor —le dijeron—, lo creemos.
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Entonces él les tocó los ojos y dijo:
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Entonces sus ojos se abrieron, ¡y pudieron ver! Jesús les advirtió severamente:
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pero ellos, en cambio, salieron e hicieron correr su fama por toda la región.