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Entonces el espíritu gritó, le causó otra convulsión violenta al muchacho y salió de él. El muchacho quedó como muerto. Un murmullo recorrió la multitud: «Está muerto», decía la gente.
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Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó, y el muchacho se puso de pie.
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Más tarde, cuando Jesús quedó a solas en la casa con sus discípulos, ellos le preguntaron:
—¿Por qué nosotros no pudimos expulsar ese espíritu maligno?
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Jesús contestó:
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Jesús predice otra vez su muerte
Saliendo de esa región, viajaron por Galilea. Jesús no quería que nadie supiera que él estaba allí,
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porque deseaba pasar más tiempo con sus discípulos y enseñarles. Les dijo:
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Ellos no entendieron lo que quería decir, sin embargo, tenían miedo de preguntarle.
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El más importante en el reino
Después de llegar a Capernaúm e instalarse en una casa, Jesús preguntó a sus discípulos:
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Pero no le contestaron porque venían discutiendo sobre quién de ellos era el más importante.
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Jesús se sentó y llamó a los doce discípulos y dijo:
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Entonces puso a un niño pequeño en medio de ellos. Y, tomándolo en sus brazos, les dijo: