40
Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte?
41
Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo».
42
Luego dijo:
—Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43
Jesús respondió:
44
Muerte de Jesús
Ya era alrededor del mediodía, y la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde.
45
La luz del sol desapareció. Y, de repente, la cortina del santuario del templo se rasgó por la mitad.
46
Después Jesús gritó:
Y con esas palabras dio su último suspiro.
47
Cuando el oficial romano
encargado de la ejecución vio lo que había sucedido, adoró a Dios y dijo: «Este hombre era inocente
de verdad».
48
Y cuando todas las multitudes que habían venido a observar la ejecución vieron lo que había sucedido, regresaron a casa con gran dolor;
49
pero los amigos de Jesús, incluidas las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron mirando de lejos.
50
Entierro de Jesús
Había un hombre bueno y justo llamado José. Era miembro del Concilio Supremo judío,