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Uno de los criminales colgados junto a él se burló: «¿Así que eres el Mesías? Demuéstralo salvándote a ti mismo, ¡y a nosotros también!».
40
Pero el otro criminal protestó: «¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte?
41
Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo».
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Luego dijo:
—Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
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Jesús respondió:
44
Muerte de Jesús
Ya era alrededor del mediodía, y la tierra se llenó de oscuridad hasta las tres de la tarde.
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La luz del sol desapareció. Y, de repente, la cortina del santuario del templo se rasgó por la mitad.
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Después Jesús gritó:
Y con esas palabras dio su último suspiro.
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Cuando el oficial romano
encargado de la ejecución vio lo que había sucedido, adoró a Dios y dijo: «Este hombre era inocente
de verdad».
48
Y cuando todas las multitudes que habían venido a observar la ejecución vieron lo que había sucedido, regresaron a casa con gran dolor;
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pero los amigos de Jesús, incluidas las mujeres que lo habían seguido desde Galilea, se quedaron mirando de lejos.