29
Tomarán sus rebaños y carpas,
y sus pertenencias y camellos les serán quitados.
Se escucharán voces de pánico en todas partes:
“¡Somos atemorizados a cada paso!”.
30
¡Corran y salven sus vidas! —dice el Señor
—.
Gente de Hazor, escóndanse en cuevas profundas,
porque Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha conspirado contra ustedes
y se prepara para destruirlos.
31
»Levántense y ataquen a esta nación tan confiada
—dice el Señor
—.
Su gente vive aislada en el desierto
sin murallas ni puertas.
32
Todos sus camellos y demás animales serán de ustedes.
A este pueblo que vive en lugares remotos
lo esparciré a los cuatro vientos.
Traeré sobre ellos calamidad
de todas partes —dice el Señor
—.
33
Hazor será habitada por chacales
y quedará desolada para siempre.
Nadie vivirá allí;
nadie la habitará».
34
Mensaje acerca de Elam
El profeta Jeremías recibió del Señor
este mensaje acerca de Elam al comienzo del reinado de Sedequías, rey de Judá.
35
Esto dice el Señor
de los Ejércitos Celestiales:
«Destruiré a los arqueros de Elam,
lo mejor de su ejército.
36
Traeré enemigos de todas partes
y esparciré a la gente de Elam a los cuatro vientos.
Serán desterrados a países de todo el mundo.
37
Yo mismo iré con los enemigos de Elam para destrozarla.
En mi ira feroz traeré gran desastre
sobre el pueblo de Elam —dice el Señor
—.
Sus enemigos lo perseguirán con espada
hasta que yo lo destruya por completo.
38
Estableceré mi trono en Elam —dice el Señor
—,
y destruiré a su rey y a sus oficiales.
39
Sin embargo, en los días que vienen
restableceré el bienestar de Elam.
¡Yo, el Señor
, he hablado!».