10
Sin embargo, por causa de los asesinatos que cometiste,
deshonraste tu nombre y te costó la vida.
11
Hasta las piedras de los muros gritan contra ti
y las vigas de los techos le hacen eco a la queja.
12
»¡Qué aflicción te espera a ti que construyes ciudades
con el dinero adquirido mediante el crimen y la corrupción!
13
¿No ha prometido el Señor
de los Ejércitos Celestiales
que las riquezas de las naciones se convertirán en cenizas?
¡Se esfuerzan mucho,
pero todo es en vano!
14
Así como las aguas llenan el mar,
la tierra se llenará del conocimiento
de la gloria del Señor
.
15
»¡Qué aflicción te espera a ti que emborrachas a tus vecinos!
Los obligas a beber
para regodearte de la vergüenza de su desnudez.
16
Sin embargo, pronto te llegará el turno de ser deshonrado.
¡Ven, bebe y demuestra tu desnudez!
Bebe de la copa del juicio del Señor
y toda tu gloria se convertirá en vergüenza.
17
Derribaste los bosques del Líbano.
Ahora serás derribado.
Destruiste los animales salvajes,
¡ahora el terror de ellos será el tuyo!
Cometiste asesinatos por toda la tierra
y llenaste los pueblos de violencia.
18
»¿De qué sirve un ídolo tallado por hombres
o una imagen fundida que te engaña?
¡Qué necio es confiar en algo elaborado por tus propias manos,
un dios que ni siquiera puede hablar!
19
¡Qué aflicción te espera a ti que les dices a ídolos de madera:
“Despierten y sálvennos!”.
A imágenes de piedra, mudas, dices:
“¡Levántense y enséñennos!”.
¿Podrá un ídolo decirte qué hacer?
Aunque estén recubiertos de oro y plata,
por dentro no tienen vida.
20
Pero el Señor
está en su santo templo.
Que toda la tierra guarde silencio delante de él».