1
Un valle de huesos secos
El Señor
puso su mano sobre mí y fui llevado por el Espíritu del Señor
hasta un valle que estaba lleno de huesos.
2
El Señor
me condujo por entre los huesos que cubrían el fondo del valle. Estaban desparramados en el suelo por todas partes y completamente secos.
3
Luego me preguntó:
—Hijo de hombre, ¿podrán estos huesos volver a convertirse en personas vivas?
—Oh Señor
Soberano —respondí—, solo tú sabes la respuesta.
4
Entonces me dijo:
—Anuncia un mensaje profético a estos huesos y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor
!
5
Esto dice el Señor
Soberano: ‘¡Atención! ¡Pondré aliento dentro de ustedes y haré que vuelvan a vivir!
6
Les pondré carne y músculos y los recubriré con piel. Pondré aliento en ustedes y revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor
’”.