2
Cuando cruces el río Jordán y entres en la tierra que el Señor
tu Dios te da, erige algunas piedras grandes y recúbrelas con yeso.
3
Escribe en ellas todo este conjunto de instrucciones una vez que hayas cruzado el río para entrar en la tierra que el Señor
tu Dios te da, una tierra donde fluyen la leche y la miel, tal como te prometió el Señor
, Dios de tus antepasados.
4
Después de cruzar el Jordán, erige esas piedras en el monte Ebal y recúbrelas con yeso, tal como te ordeno hoy.
5
»Luego edifica allí un altar al Señor
tu Dios con piedras enteras y en su forma original. No des forma a las piedras con ninguna herramienta de hierro.
6
Edifica el altar con esas piedras sin labrar y úsalo para presentar ofrendas quemadas al Señor
tu Dios.
7
También sacrifica allí ofrendas de paz y celebra, ante el Señor
tu Dios, comiendo hasta quedar satisfecho.
8
Escribe con claridad todas estas instrucciones sobre las piedras cubiertas de yeso».
9
Luego Moisés y los sacerdotes levitas se dirigieron al pueblo con las siguientes palabras: «¡Escucha en silencio, oh Israel! Hoy te has convertido en el pueblo del Señor
tu Dios.
10
Por lo tanto, obedece al Señor
tu Dios cumpliendo todos los mandatos y los decretos que te entrego hoy».
11
Maldiciones desde el monte Ebal
Ese mismo día, Moisés también le dio al pueblo la siguiente orden:
12
«Cuando cruces el río Jordán, las tribus de Simeón, de Leví, de Judá, de Isacar, de José y de Benjamín subirán al monte Gerizim para proclamar una bendición sobre el pueblo.