16
Así como te tragaste a mi pueblo
en mi monte santo,
así tú y las naciones vecinas
se tragarán el castigo que derramaré sobre ti.
Sí, todas las naciones beberán, se tambalearán
y desaparecerán de la historia.
17
»Sin embargo, Jerusalén
será un refugio para los que escapen;
será un lugar santo.
Y el pueblo de Israel
regresará
para reclamar su herencia.
18
El pueblo de Israel será un fuego violento
y Edom un campo de hierba seca.
Los descendientes de José serán una llama que rugirá a través del campo,
devorándolo todo.
No quedará nadie con vida en Edom.
¡Yo, el Señor
, he hablado!
19
»Entonces mi pueblo que vive en el Neguev
ocupará las montañas de Edom.
Los que viven en las colinas de Judá
poseerán las llanuras de los filisteos
y se apoderarán de los campos de Efraín y de Samaria,
y el pueblo de Benjamín
ocupará la tierra de Galaad.
20
Los desterrados de Israel volverán a su tierra
y ocuparán la costa de Fenicia hasta el norte de Sarepta.
Los cautivos de Jerusalén desterrados en el norte
volverán a casa y repoblarán los pueblos del Neguev.
21
Los que hayan sido rescatados
subirán al
monte Sión en Jerusalén
para gobernar sobre las montañas de Edom.
¡Y el Señor
mismo será rey!».