7
No sean como sus antepasados y parientes que abandonaron al Señor
, Dios de sus antepasados, y se convirtieron en objeto de desdén, como ustedes mismos pueden ver.
8
No sean tercos como fueron ellos, sino sométanse al Señor
y vengan a su templo que él mismo separó como santo para siempre. Adoren al Señor
su Dios, para que su ira feroz se aleje de ustedes.
9
»Pues si ustedes se vuelven al Señor
, sus parientes y sus hijos serán tratados con compasión por sus captores, y podrán regresar a esta tierra. El Señor
su Dios es bondadoso y misericordioso. Si ustedes se vuelven a él, él no seguirá apartando su rostro de ustedes».
10
Celebración de la Pascua
Los mensajeros corrieron de ciudad en ciudad por todo Efraín y Manasés y hasta el territorio de Zabulón; pero la mayoría de la gente simplemente se reía de los mensajeros y se burlaba de ellos.
11
Sin embargo, algunos habitantes de Aser, Manasés y Zabulón se humillaron y fueron a Jerusalén.
12
Al mismo tiempo, la mano de Dios estaba sobre la gente en la tierra de Judá, y les dio un solo corazón para obedecer las órdenes del rey y de sus funcionarios, quienes seguían la palabra del Señor
.
13
Así que, una gran multitud se reunió en Jerusalén a mediados de la primavera
para celebrar el Festival de los Panes sin Levadura.
14
Pusieron manos a la obra y quitaron todos los altares paganos de Jerusalén. Sacaron todos los altares del incienso y los arrojaron al valle de Cedrón.
15
El día catorce del segundo mes, un mes más tarde de lo habitual,
el pueblo sacrificó el cordero de la Pascua. Eso avergonzó a los sacerdotes y a los levitas, de modo que se purificaron y llevaron ofrendas quemadas al templo del Señor
.
16
Después ocuparon sus lugares en el templo, tal como estaba establecido en la ley de Moisés, hombre de Dios. Los levitas llevaron la sangre de los sacrificios a los sacerdotes, quienes la rociaron sobre el altar.
17
Como muchos del pueblo no se habían purificado, a fin de separarlos para el Señor
, los levitas tuvieron que matar por ellos el cordero de la Pascua.