5 Alegría de Pablo por el arrepentimiento de la iglesia
Cuando llegamos a Macedonia, no hubo descanso para nosotros. Enfrentamos conflictos de todos lados, con batallas por fuera y temores por dentro;
6 pero Dios, quien alienta a los desanimados, nos alentó con la llegada de Tito.
7 Su presencia fue una alegría, igual que la noticia que nos trajo del ánimo que él recibió de ustedes. Cuando nos dijo cuánto anhelan verme y cuánto sienten lo que sucedió y lo leales que me son, ¡me llené de alegría!
8 No lamento haberles enviado esa carta tan severa, aunque al principio sí me lamenté porque sé que les causó dolor durante un tiempo.
9 Ahora me alegro de haberla enviado, no porque los haya lastimado, sino porque el dolor hizo que se arrepintieran y cambiaran su conducta. Fue la clase de tristeza que Dios quiere que su pueblo tenga, de modo que no les hicimos daño de ninguna manera.
10 Pues la clase de tristeza que Dios desea que suframos nos aleja del pecado y trae como resultado salvación. No hay que lamentarse por esa clase de tristeza; pero la tristeza del mundo, al cual le falta arrepentimiento, resulta en muerte espiritual.
11 ¡Tan solo miren lo que produjo en ustedes esa tristeza que proviene de Dios! Tal fervor, tal ansiedad por limpiar su nombre, tal indignación, tal preocupación, tal deseo de verme, tal celo y tal disposición para castigar lo malo. Ustedes demostraron haber hecho todo lo necesario para corregir la situación.
12 Mi propósito, entonces, no fue escribir acerca de quién causó el daño o quién resultó dañado. Les escribí para que, a los ojos de Dios, pudieran comprobar por sí mismos qué tan leales son a nosotros.
13 Esto nos ha alentado en gran manera.
Además de nuestro propio aliento, nos deleitamos particularmente al ver lo feliz que estaba Tito por la manera en que todos ustedes lo recibieron y lo tranquilizaron.
14 Le dije lo orgulloso que estaba de ustedes, y no me decepcionaron. Siempre les he dicho la verdad, ¡y ahora mi jactancia ante Tito también resultó ser cierta!
15 Ahora él se preocupa por ustedes más que nunca cuando recuerda cómo todos lo obedecieron y cómo lo recibieron con tanto temor y profundo respeto.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

2 Corintios 7:5 Pues aun cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún reposo, sino que nos vimos atribulados por todos lados: por fuera, conflictos; por dentro, temores.

English Standard Version ESV

2 Corinthians 7:5 For even when we came into Macedonia, our bodies had no rest, but we were afflicted at every turn--fighting without and fear within.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Corintios 7:5 Porque aun cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestra carne; antes, en todo fuimos atribulados; de fuera, cuestiones; de dentro, temores

King James Version KJV

New King James Version NKJV

2 Corinthians 7:5 For indeed, when we came to Macedonia, our bodies had no rest, but we were troubled on every side. Outside were conflicts, inside were fears.

Nueva Versión Internacional NVI

2 Corintios 7:5 Cuando llegamos a Macedonia, nuestro cuerpo no tuvo ningún descanso, sino que nos vimos acosados por todas partes; conflictos por fuera, temores por dentro.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Corintios 7:5 Porque aun cuando vinimos á Macedonia, ningún reposo tuvo nuestra carne; antes, en todo fuimos atribulados: de fuera, cuestiones; de dentro, temores.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

2 Corintios 7:5 Porque aun cuando vinimos a Macedonia, ningún reposo tuvo nuestra carne; antes, en todo fuimos atribulados; de fuera, cuestiones; de dentro, temores.

Herramientas de Estudio para 2 Corintios 7:5-15