8 Además,
«Él es la piedra que hace tropezar a muchos,
es la roca que los hace caer»
.
Tropiezan porque no obedecen la palabra de Dios y por eso se enfrentan con el destino que les fue preparado.
9 Pero ustedes no son así porque son un pueblo elegido. Son sacerdotes del Rey,
una nación santa, posesión exclusiva de Dios. Por eso pueden mostrar a otros la bondad de Dios, pues él los ha llamado a salir de la oscuridad y entrar en su luz maravillosa.
10 «Antes no tenían identidad como pueblo,
ahora son pueblo de Dios.
Antes no recibieron misericordia,
ahora han recibido la misericordia de Dios»
.
11 Queridos amigos, ya que son «extranjeros y residentes temporales», les advierto que se alejen de los deseos mundanos, que luchan contra el alma.
12 Procuren llevar una vida ejemplar entre sus vecinos no creyentes. Así, por más que ellos los acusen de actuar mal, verán que ustedes tienen una conducta honorable y le darán honra a Dios cuando él juzgue al mundo.
13 Respeto por las autoridades
Por amor al Señor, respeten a toda autoridad humana, ya sea al rey como jefe de Estado
14 o a los funcionarios que él ha nombrado. Pues a ellos el rey los ha mandado a que castiguen a aquellos que hacen el mal y a que honren a los que hacen el bien.
15 La voluntad de Dios es que la vida honorable de ustedes haga callar a la gente ignorante que los acusa sin fundamento alguno.
16 Pues ustedes son libres, pero a la vez, son esclavos de Dios, así que no usen su libertad como una excusa para hacer el mal.
17 Respeten a todos y amen a sus hermanos en Cristo.
Teman a Dios y respeten al rey.
18 A los esclavos
Ustedes, los que son esclavos, deben aceptar la autoridad de sus amos con todo respeto.
Hagan lo que ellos les ordenan, no solo si son bondadosos y razonables, sino también si son crueles.
19 Pues Dios se complace en ustedes cuando hacen lo que saben que es correcto y sufren con paciencia cuando reciben un trato injusto.
20 Es obvio que no hay mérito en ser paciente si a uno lo golpean por haber actuado mal, pero si sufren por hacer el bien y lo soportan con paciencia, Dios se agrada de ustedes.
21 Pues Dios los llamó a hacer lo bueno, aunque eso signifique que tengan que sufrir, tal como Cristo sufrió
por ustedes. Él es su ejemplo, y deben seguir sus pasos.
22 Él nunca pecó
y jamás engañó a nadie.
23 No respondía cuando lo insultaban
ni amenazaba con vengarse cuando sufría.
Dejaba su causa en manos de Dios,
quien siempre juzga con justicia.
24 Él mismo cargó nuestros pecados
sobre su cuerpo en la cruz,
para que nosotros podamos estar muertos al pecado
y vivir para lo que es recto.
Por sus heridas,
ustedes son sanados.
25 Antes eran como ovejas
que andaban descarriadas.
Pero ahora han vuelto a su Pastor,
al Guardián de sus almas.

La Biblia de las Américas (Español) BLA

1 Pedro 2:8 y, PIEDRA DE TROPIEZO Y ROCA DE ESCANDALO; pues ellos tropiezan porque son desobedientes a la palabra, y para ello estaban también destinados.

English Standard Version ESV

1 Peter 2:8 and "A stone of stumbling, and a rock of offense. "They stumble because they disobey the word, as they were destined to do.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

1 Pedro 2:8 Y: Piedra de tropiezo, y piedra de escándalo, a aquellos que tropiezan en la Palabra, y no obedecen aquello para lo cual fueron ordenados

King James Version KJV

New King James Version NKJV

1 Peter 2:8 and "A stone of stumbling And a rock of offense." They stumble, being disobedient to the word, to which they also were appointed.

Nueva Versión Internacional NVI

1 Pedro 2:8 y también:«una piedra de tropiezoy una roca que hace caer».Tropiezan al desobedecer la palabra, para lo cual estaban destinados.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

1 Pedro 2:8 Y Piedra de tropiezo, y roca de escándalo á aquellos que tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; para lo cual fueron también ordenados.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

1 Pedro 2:8 Y: Piedra de tropiezo, y piedra de escándalo, a aquellos que tropiezan en la Palabra, y no creen en aquello para lo cual fueron ordenados.

Herramientas de Estudio para 1 Pedro 2:8-25