1
Dice el SEÑOR a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.
2
El SEÑOR extenderá desde Sion tu poderoso cetro, diciendo: Domina en medio de tus enemigos.
3
Tu pueblo se ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder; en el esplendor de la santidad, desde el seno de la aurora; tu juventud es para ti como el rocío.
4
El SEÑOR ha jurado y no se retractará: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec.
5
El Señor está a tu diestra; quebrantará reyes en el día de su ira.
6
Juzgará entre las naciones, las llenará de cadáveres, quebrantará cabezas sobre la ancha tierra.
7
Beberá del arroyo en el camino; por tanto El levantará la cabeza.