29
Mas esto digo, hermanos: el tiempo ha sido acortado; de modo que de ahora en adelante los que tienen mujer sean como si no la tuvieran;
30
y los que lloran, como si no lloraran; y los que se regocijan, como si no se regocijaran; y los que compran, como si no tuvieran nada;
31
y los que aprovechan el mundo, como si no lo aprovecharan plenamente; porque la apariencia de este mundo es pasajera.
32
Mas quiero que estéis libres de preocupación. El soltero se preocupa por las cosas del Señor, cómo puede agradar al Señor;
33
pero el casado se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer,
34
y sus intereses están divididos. Y la mujer que no está casada y la doncella se preocupan por las cosas del Señor, para ser santas tanto en cuerpo como en espíritu; pero la casada se preocupa por las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.
35
Y esto digo para vuestro propio beneficio; no para poneros restricción, sino para promover lo que es honesto y para asegurar vuestra constante devoción al Señor.
36
Pero si alguno cree que no está obrando correctamente con respecto a su hija virgen, si ella es de edad madura, y si es necesario que así se haga, que haga lo que quiera, no peca; que se case.
37
Pero el que está firme en su corazón, y sin presión alguna, y tiene control sobre su propia voluntad, y ha decidido en su corazón conservar soltera a su hija, bien hará.
38
Así los dos, el que da en matrimonio a su hija virgen, hace bien; y el que no la da en matrimonio, hace mejor.
39
La mujer está ligada mientras el marido vive; pero si el marido muere, está en libertad de casarse con quien desee, sólo que en el Señor.