7
¿Y quién de vosotros tiene un siervo que ara o apacienta, que vuelto del campo le diga luego: Pasa, siéntate a la mesa?
8
¿No le dice antes: Adereza qué cene, y arremángate, y sírveme hasta que haya comido y bebido; y después de esto, come tú y bebe?
9
¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le había sido mandado? Pienso que no.
10
Así también vosotros, cuando hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid: Siervos inútiles somos, porque lo que debíamos hacer, hicimos.
11
Y aconteció que yendo él a Jerusalén, pasaba por medio de Samaria y de Galilea.
12
Y entrando en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos,
13
y alzaron la voz, diciendo: Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros.
14
Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció, que yendo ellos, fueron limpios.
15
Entonces uno de ellos, como se vio que estaba limpio, volvió, glorificando a Dios a gran voz;
16
y se derribó sobre el rostro a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano.
17
Y respondiendo Jesús, dijo: ¿No son diez los que fueron limpios? ¿Y los nueve dónde están ?
18
¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero?
19
Y le dijo: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.
20
Y preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el Reino de Dios, les respondió y dijo: El Reino de Dios no vendrá con observación;
21
ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el Reino de Dios entre vosotros está.
22
Y dijo a sus discípulos: Días vendrán, cuando desearéis ver uno de los días del Hijo del hombre, y no lo veréis.
23
Y os dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis.
24
Porque como el relámpago, que resplandece de la región de debajo del cielo, resplandece en lo que esta debajo del cielo, así también será el Hijo del hombre en su día.
25
Mas primero es necesario que padezca mucho, y sea reprobado de esta generación.
26
Y como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del hombre.
27
Comían, bebían, maridos tomaban mujeres, y mujeres maridos, hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó a todos.