14
Se cortará cedros, y tomará encina y alcornoque, y se esforzará con los árboles del bosque; plantará pino, que se críe con la lluvia.
15
El hombre después se servirá de él para quemar, y tomará de ellos para calentarse; encenderá también el horno , y cocerá panes; hará también un dios, y lo adorará; fabricará un ídolo, y se arrodillará delante de él.
16
Parte de él quemará en el fuego; con otra parte de él comerá carne, asará asado, y se saciará. Después se calentará, y dirá, ¡Oh! me he calentado, fuego he visto;
17
las sobras de él torna en dios, en su escultura; se humilla delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame, que mi dios eres tú.
18
No supieron, ni entendieron, porque untó sus ojos para que no vean; y su corazón, para que no entiendan.
19
No torna en sí, no tiene sentido ni entendimiento para decir: Parte de ello quemé en el fuego, y sobre sus brasas cocí pan; asé carne, y comí: ¿lo que de él quedó he de tornar en abominación? ¿Delante de un tronco de árbol me tengo de humillar?
20
La ceniza apacienta; su corazón engañado le inclina, para que no libre su alma, y diga, ¿No está la mentira a mi mano derecha?
21
Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e Israel, que mi siervo eres: Yo te formé, mi siervo eres tú ; Israel, no me olvides.
22
Yo deshice, como nube, tus rebeliones, y tus pecados, como niebla; tórnate a mí, porque yo te redimí.
23
Cantad loores, oh cielos, porque el SEÑOR lo hizo; gritad con júbilo, lugares bajos de la tierra. Prorrumpid, montes, en alabanza; bosque, y todo árbol que en él está ; porque el SEÑOR redimió a Jacob, y en Israel será glorificado.
24
Así dice el SEÑOR, Redentor tuyo, y Formador tuyo desde el vientre: Yo soy el SEÑOR, que lo hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra por mí mismo;