8
Los pescadores también se entristecerán; y harán duelo todos los que echan anzuelo en el río; y desfallecerán los que extienden red sobre las aguas.
9
Los que labran lino fino, y los que tejen redes, serán avergonzados.
10
Porque todas sus redes serán rotas; y se entristecerán todos los que hacen estanques para criar peces.
11
Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; el consejo de los prudentes consejeros de Faraón se ha desvanecido. ¿Cómo diréis por Faraón: Yo soy hijo de los sabios, e hijo de los reyes antiguos?
12
¿Dónde están ahora aquellos tus prudentes? Que te digan ahora, o te hagan saber qué es lo que el SEÑOR de los ejércitos ha determinado sobre Egipto.
13
Se han desvanecido los príncipes de Zoán; se han engañado los príncipes de Menfis; engañaron a Egipto las esquinas de sus familias.
14
El SEÑOR mezcló espíritu de vahido en medio de él; e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como desatina el borracho en su vómito.
15
Y no aprovechará a Egipto cosa que haga la cabeza o la cola, la rama o el junco.
16
En aquel día será Egipto como mujeres: porque se asombrará y temerá, en la presencia de la mano alta del SEÑOR de los ejércitos, que él ha de levantar sobre ellos.
17
Y la tierra de Judá será de espanto a Egipto; todo hombre que de ella se acordare se asombrará de ella, por causa del consejo que el SEÑOR de los ejércitos acordó sobre él.
18
En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto, que hablen la lengua de Canaán, y que juren por el SEÑOR de los ejércitos; la una será llamada la ciudad Herez.