18
Bueno es ser celosos en bien siempre; y no solamente cuando estoy presente con vosotros.
19
Hijitos míos, que vuelvo otra vez a estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros;
20
querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy avergonzado de vosotros.
21
Decidme, los que queréis estar bajo la ley, ¿no habéis oído la ley?
22
Porque escrito está que Abraham tuvo dos hijos; uno de la sierva, el otro de la libre.
23
Mas el de la sierva nació según la carne; pero el de la libre nació por la promesa.
24
Las cuales cosas son dichas por alegoría, porque estas mujeres son los dos pactos; el uno ciertamente del monte Sinaí, el cual engendró para servidumbre, que es Agar.
25
Porque Agar o Sinaí es un monte de Arabia, el cual corresponde a la que ahora es Jerusalén, la cual junto con sus hijos está en esclavitud.
26
Mas la Jerusalén de arriba, libre es; la cual es la madre de todos nosotros.
27
Porque está escrito: Alégrate, la estéril, que no das a luz; Prorrumpe en alabanzas y clama, La que no estás de parto; Porque más son los hijos de la dejada, Que de la que tiene marido.
28
Así que, hermanos, nosotros como Isaac, somos hijos de la promesa.