Eclesiastés 2:3
Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que mi corazón anduviese en sabiduría, y retuviese la locura, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.
La Biblia de las Américas (Español) BLA
Eclesiastés 2:3
Consideré en mi corazón estimular mi cuerpo con el vino, mientras mi corazón me guiaba con sabiduría, de cómo echar mano de la insensatez, hasta que pudiera ver qué hay de bueno bajo el cielo que los hijos de los hombres hacen en los contados días de su vida.
English Standard Version ESV
Ecclesiastes 2:3
I searched with my heart how to cheer my body with wine--my heart still guiding me with wisdom--and how to lay hold on folly, till I might see what was good for the children of man to do under heaven during the few days of their life.
La Biblia del Jubileo 2000 JBS
Eclesiastés 2:3
Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que mi corazón anduviera en sabiduría, y retuviera la locura, hasta ver cuál fuera el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida
Ecclesiastes 2:3
I searched in my heart how to gratify my flesh with wine, while guiding my heart with wisdom, and how to lay hold on folly, till I might see what was good for the sons of men to do under heaven all the days of their lives.
Nueva Traducción Viviente NTV
Eclesiastés 2:3
Después de pensarlo bien, decidí alegrarme con vino. Y mientras seguía buscando sabiduría, me aferré a la insensatez. Así traté de experimentar la única felicidad que la mayoría de la gente encuentra en su corto paso por este mundo.
Nueva Versión Internacional NVI
Eclesiastés 2:3
Quise luego hacer la prueba de entregarme al vino —si bien mi mente estaba bajo el control de la sabiduría—, y de aferrarme a la necedad, hasta ver qué de bueno le encuentra el hombre a lo que hace bajo el cielo durante los contados días de su vida.
La Biblia Reina-Valera (Español) RVR
Eclesiastés 2:3
Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan debajo del cielo todos los días de su vida.