9 Y él me volvió a decir: Yo te ruego que te pongas sobre mí, y me mates, porque me toman angustias, y aún toda mi alma está en mí.
10 Yo entonces me puse sobre él, y lo maté, porque sabía que no podía vivir después de su caída; y tomé la diadema que tenía en su cabeza, y la ajorca que traía en su brazo, y las he traído acá a mi señor.
11 Entonces David trabando de sus vestidos, los rompió; y lo mismo hicieron los hombres que estaban con él.
12 Y lloraron y lamentaron, y ayunaron hasta la tarde, por Saúl y por Jonatán su hijo, y por el pueblo del SEÑOR, y por la casa de Israel; porque habían caído a cuchillo.
13 Y David dijo a aquel joven que le había traído las nuevas: ¿De dónde eres tú? Y él respondió: Yo soy hijo de un extranjero, amalecita.
14 Y le dijo David: ¿Cómo no tuviste temor de extender tu mano para matar al ungido del SEÑOR?
15 Entonces llamó David a uno de los jóvenes, y le dijo: Llega, y mátalo. Y él lo hirió, y murió.
16 Y David le dijo: Tu sangre sea sobre tu cabeza, pues que tu boca atestiguó contra ti, diciendo: Yo maté al ungido del SEÑOR.
17 Y endechó David a Saúl y a Jonatán su hijo con esta endecha.
18 (Dijo también que enseñasen el arco a los hijos de Judá. He aquí así está escrito en el libro del derecho):
19 ¡La gloria de Israel, muertos sobre tus collados! ¡Cómo han caído los valientes!
20 No lo denunciéis en Gat, no deis las nuevas en las plazas de Ascalón; para que no se alegren las hijas de los filisteos, para que no salten de gozo las hijas de los incircuncisos.
21 Montes de Gilboa, ni rocío ni lluvia caiga sobre vosotros, ni seáis tierras de ofrendas; porque allí fue desechado el escudo de los valientes, el escudo de Saúl, como si no hubiera sido ungido con aceite.
22 Sin sangre de muertos, sin grosura de valientes, la saeta de Jonatán nunca volvió atrás, ni la espada de Saúl se tornó vacía.
23 Saúl y Jonatán, amados y queridos en su vida, en su muerte tampoco fueron apartados. Más ligeros que águilas, más fuertes que leones.
24 Hijas de Israel, llorad sobre Saúl, que os vestía de escarlata en sus fiestas, que adornaba vuestras ropas con ornamentos de oro.
25 ¡Cómo han caído los valientes en medio de la batalla! ¡Jonatán, muerto en tus alturas!
26 Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, que me fuiste muy dulce; más maravilloso me fue tu amor, que el amor de las mujeres.
27 ¡Cómo han caído los valientes, y perecieron las armas de guerra!

La Biblia de las Américas (Español) BLA

2 Samuel 1:9 Entonces él me dijo: "Te ruego que te pongas junto a mí y me mates, pues la agonía se ha apoderado de mí, porque todavía estoy con vida."

English Standard Version ESV

2 Samuel 1:9 And he said to me 'Stand beside me and kill me, for anguish has seized me, and yet my life still lingers.'

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

2 Samuel 1:9 Y él me volvió a decir: Yo te ruego que te pongas sobre mí, y me mates, porque me toman angustias, y aún toda mi alma está en mí

King James Version KJV

2 Samuel 1:9 He said unto me again, Stand, I pray thee, upon me, and slay me: for anguish is come upon me, because my life is yet whole in me.

New King James Version NKJV

2 Samuel 1:9 He said to me again, 'Please stand over me and kill me, for anguish has come upon me, but my life still remains in me.'

Nueva Traducción Viviente NTV

2 Samuel 1:9 Entonces me suplicó: “Ven aquí y sácame de mi sufrimiento, porque el dolor es terrible y quiero morir”.

Nueva Versión Internacional NVI

2 Samuel 1:9 Entonces me pidió que me acercara y me ordenó: “¡Mátame de una vez, pues estoy agonizando y no acabo de morir!”

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

2 Samuel 1:9 Y él me volvió á decir: Yo te ruego que te pongas sobre mí, y me mates, porque me toman angustias, y toda mi alma está aún en mí.

Herramientas de Estudio para 2 Samuel 1:9-27