1
Oh Dios, ¿por qué nos has rechazado para siempre? ¿Por qué se enciende tu ira contra las ovejas de tu prado?
2
Acuérdate de tu congregación, la que adquiriste desde los tiempos antiguos, la que redimiste para que sea la tribu de tu heredad, y de este monte Sion donde has habitado.
3
Dirige tus pasos hacia las ruinas eternas; todo lo que hay en el santuario lo ha dañado el enemigo.
4
Tus adversarios han rugido en medio de tu lugar de reunión; han puesto sus estandartes por señales.
5
Parece como si alguien hubiera levantado el hacha en espeso bosque.
6
Y ahora, toda su obra de talla hacen pedazos con hachas y martillos.