9
Ten piedad de mí, oh SEÑOR, porque estoy en angustia; se consumen de sufrir mis ojos, mi alma y mis entrañas.
10
Pues mi vida se gasta en tristeza, y mis años en suspiros; mis fuerzas se agotan a causa de mi iniquidad, y se ha consumido mi cuerpo .
11
A causa de todos mis adversarios, he llegado a ser objeto de oprobio, especialmente para mis vecinos, y causa de espanto para mis conocidos; los que me ven en la calle huyen de mí.
12
Como un muerto soy olvidado, sin ser recordado, soy semejante a un vaso roto.
13
Porque he oído la calumnia de muchos, el terror está por todas partes; mientras traman juntos contra mí, planean quitarme la vida.
14
Pero yo, oh SEÑOR, en ti confío; digo: Tú eres mi Dios.
15
En tu mano están mis años ; líbrame de la mano de mis enemigos, y de los que me persiguen.
16
Haz resplandecer tu rostro sobre tu siervo; sálvame en tu misericordia.
17
Oh SEÑOR, no sea yo avergonzado, porque a ti clamo; sean avergonzados los impíos; que desciendan en silencio al Seol.
18
Enmudezcan los labios mentirosos, que arrogantes hablan contra el justo con soberbia y desprecio.
19
¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los que te temen, que has obrado para los que en ti se refugian, delante de los hijos de los hombres!