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Transforma el desierto en estanque de aguas, y la tierra seca en manantiales;
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en ella hace morar a los hambrientos, para que establezcan una ciudad donde vivir,
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y siembren campos, planten viñas, y recojan una cosecha abundante.
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Los bendice también y se multiplican mucho, y no disminuye su ganado.
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Cuando son disminuidos y abatidos por la opresión, la calamidad y la aflicción,
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vierte desprecio sobre los príncipes, y los hace vagar por un yermo sin camino.
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Pero al pobre levanta de la miseria y lo pone seguro en alto, y multiplica sus familias como un rebaño.
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Los rectos lo ven y se alegran, pero toda iniquidad cierra su boca.
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¿Quién es sabio? Que preste atención a estas cosas, y considere las bondades del SEÑOR.