8 Se levantaron los montes, se hundieron los valles, al lugar que tú estableciste para ellos.
9 Pusiste un límite que no pueden cruzar, para que no vuelvan a cubrir la tierra.
10 El hace brotar manantiales en los valles, corren entre los montes;
11 dan de beber a todas las bestias del campo, los asnos monteses mitigan su sed.
12 Junto a ellos habitan las aves de los cielos, elevan sus trinos entre las ramas.
13 El riega los montes desde sus aposentos, del fruto de sus obras se sacia la tierra.
14 El hace brotar la hierba para el ganado, y las plantas para el servicio del hombre, para que él saque alimento de la tierra,
15 y vino que alegra el corazón del hombre, para que haga brillar con aceite su rostro, y alimento que fortalece el corazón del hombre.
16 Los árboles del SEÑOR se sacian, los cedros del Líbano que El plantó,
17 donde hacen sus nidos las aves, y la cigueña, cuya morada está en los cipreses.
18 Los montes altos son para las cabras monteses; las peñas son refugio para los tejones.
19 El hizo la luna para medir las estaciones; el sol conoce el lugar de su ocaso.
20 Tú ordenas la oscuridad y se hace de noche, en ella andan todas las bestias del bosque.
21 Rugen los leoncillos tras su presa, y buscan de Dios su comida.
22 Al salir el sol se esconden, y se echan en sus guaridas.
23 Sale el hombre a su trabajo, y a su labor hasta el atardecer.
24 ¡Cuán numerosas son tus obras, oh SEÑOR! Con sabiduría las has hecho todas; llena está la tierra de tus posesiones .
25 He allí el mar, grande y anchuroso, en el cual hay un hervidero innumerable de animales tanto pequeños como grandes.
26 Allí surcan las naves, y el Leviatán que hiciste para jugar en él.
27 Todos ellos esperan en ti, para que les des su comida a su tiempo.
28 Tú les das, ellos recogen; abres tu mano, se sacian de bienes.
29 Escondes tu rostro, se turban; les quitas el aliento, expiran, y vuelven al polvo.
30 Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra.
31 ¡Sea para siempre la gloria del SEÑOR! ¡Alégrese el SEÑOR en sus obras!
32 El mira a la tierra, y ella tiembla; toca los montes, y humean.
33 Al SEÑOR cantaré mientras yo viva; cantaré alabanzas a mi Dios mientras yo exista.
34 Séale agradable mi meditación; yo me alegraré en el SEÑOR.
35 Sean consumidos de la tierra los pecadores, y los impíos dejen de ser. Bendice, alma mía, al SEÑOR. ¡Aleluya!

English Standard Version ESV

Psalm 104:8 The mountains rose, the valleys sank down to the place that you 1appointed for them.

La Biblia del Jubileo 2000 JBS

Salmos 104:8 salieron los montes, descendieron por los valles a este lugar que tú les fundaste

King James Version KJV

Psalm 104:8 They go upa by the mountains; they go down by the valleys unto the place which thou hast founded for them.

New King James Version NKJV

Psalm 104:8 They went up over the mountains; They went down into the valleys, To the place which You founded for them.

Nueva Traducción Viviente NTV

Salmos 104:8 Las montañas se elevaron y los valles se hundieron
hasta el nivel que tú decretaste.

Nueva Versión Internacional NVI

Salmos 104:8 Ascendieron a los montes,descendieron a los valles,al lugar que tú les asignaste.

La Biblia Reina-Valera (Español) RVR

Salmos 104:8 Subieron los montes, descendieron los valles, Al lugar que tú les fundaste.

Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV

Salmos 104:8 salieron los montes, descendieron por los valles a este lugar que tú les fundaste.

Herramientas de Estudio para Salmos 104:8-35