1
¿Por qué, oh SEÑOR, te mantienes alejado, y te escondes en tiempos de tribulación?
2
Con arrogancia el impío acosa al afligido; ¡que sea atrapado en las trampas que ha urdido!
3
Porque del deseo de su corazón se jacta el impío, y el codicioso maldice y desprecia al SEÑOR.
4
El impío, en la altivez de su rostro, no busca a Dios. Todo su pensamiento es: No hay Dios.
5
Sus caminos prosperan en todo tiempo; tus juicios, oh Dios, están en lo alto, lejos de su vista; a todos sus adversarios los desprecia.
6
Dice en su corazón: No hay quien me mueva; por todas las generaciones no sufriré adversidad.