37
Y Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente.
38
Este es el primero y el grande mandamiento.
39
Y el segundo es semejante á éste: Amarás á tu prójimo como á ti mismo.
40
De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
41
Y estando juntos los Fariseos, Jesús les preguntó,
42
Diciendo: ¿Qué os parece del Cristo? ¿de quién es Hijo? Dícenle: De David.
43
El les dice: ¿Pues cómo David en Espíritu le llama Señor, diciendo:
44
Dijo el Señor á mi Señor: Siéntate á mi diestra, Entre tanto que pongo tus enemigos por estrado de tus pies?
45
Pues si David le llama Señor, ¿cómo es su Hijo?
46
Y nadie le podía responder palabra; ni osó alguno desde aquel día preguntarle más.