15
Mas sabiendo lo Jesús, se apartó de allí: y le siguieron muchas gentes, y sanaba á todos.
16
Y él les encargaba eficazmente que no le descubriesen:
17
Para que se cumpliese lo que estaba dicho por el profeta Isaías, que dijo:
18
He aquí mi siervo, al cual he escogido; Mi Amado, en el cual se agrada mi alma: Pondré mi Espíritu sobre él Y á los Gentiles anunciará juicio.
19
No contenderá, ni voceará: Ni nadie oirá en las calles su voz.
20
La caña cascada no quebrará, Y el pábilo que humea no apagará, Hasta que saque á victoria el juicio.
21
Y en su nombre esperarán los Gentiles.
22
Entonces fué traído á él un endemoniado, ciego y mudo, y le sanó; de tal manera, que el ciego y mudo hablaba y veía.
23
Y todas las gentes estaban atónitas, y decían: ¿Será éste aquel Hijo de David?
24
Mas los Fariseos, oyéndolo, decían: Este no echa fuera los demonios, sino por Beelzebub, príncipe de los demonios.
25
Y Jesús, como sabía los pensamientos de ellos, les dijo: Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad ó casa dividida contra sí misma, no permanecerá.