Job 1:5
Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y santificábalos, y levantábase de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado á Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días.
La Biblia de las Américas (Español) BLA
Job 1:5
Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba por ellos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre.
English Standard Version ESV
Job 1:5
And when the days of the feast had run their course, Job would send and 1consecrate them, and he would rise early in the morning and 2offer burnt offerings according to the number of them all. For Job said, "It may be that my children have sinned, and 3curseda God in their hearts." Thus Job did continually.
La Biblia del Jubileo 2000 JBS
Job 1:5
Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días de sus banquetes, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Por ventura habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía Job todos los días
Job 1:5
So it was, when the days of feasting had run their course, that Job would send and sanctify them, and he would rise early in the morning and offer burnt offerings according to the number of them all. For Job said, "It may be that my sons have sinned and cursed God in their hearts." Thus Job did regularly.
Nueva Traducción Viviente NTV
Job 1:5
Cuando las fiestas terminaban —a veces después de varios días— Job purificaba a sus hijos. Se levantaba temprano por la mañana y ofrecía una ofrenda quemada por cada uno de ellos, porque pensaba: «Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en el corazón». Esta era una práctica habitual de Job.
Nueva Versión Internacional NVI
Job 1:5
Una vez terminado el ciclo de los banquetes, Job se aseguraba de que sus hijos se purificaran. Muy de mañana ofrecía un holocausto por cada uno de ellos, pues pensaba: «Tal vez mis hijos hayan pecado y maldecido en su corazón a Dios». Para Job esta era una costumbre cotidiana.
Sagradas Escrituras (1569) (Español) SEV
Job 1:5
Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Por ventura habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado a Dios en sus corazones. De esta manera hacía Job todos los días.